La revolución y la hiperinflación se devoran el bolsillo de los venezolanos

"Habitamos en un mundo al revés por la sencilla razón de que es un mundo 
que recompensa la especulación y castiga el trabajo. Entonces es un 
mundo al revés porque recompensa al revés, recompensa lo que debería 
castigar y castiga lo que debería recompensar" 
Eduardo Galeano


Han pasado veinte años desde que la revolución bolivariana llegó al poder en Venezuela. Atrás quedaron las promesas vacías de Hugo Chávez de convertir este país en una potencia. Tras su muerte, Nicolás Maduro, asumió el poder bajo el arropo de consolidar el proyecto revolucionario que ha sucumbido en los últimos tres años producto de una economía improvisada que ha ahogado al empresario y ha empobrecido a una nación.
Es increíble como diariamente los funcionarios gubernamentales niegan la crisis que atraviesa Venezuela, y no quieran aceptar la ayuda humanitaria de otros países. Para ellos la INJERENCIA significa INVASIÓN, y ya ese discurso no cala en un pueblo que día a día reclama alimentos y medicinas.
Incluso para ellos, la diáspora de venezolanos saliendo por las fronteras de Colombia y Brasil son inventos de la oposición que busca generar una matriz de opinión a nivel internacional de que Venezuela vive una crisis humanitaria. Si eso fuera cierto, porque le han negado la entrada a Zeid Ra'ad Al Hussein, alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, que en marzo pasado crítico la situación que vive el país en cuanto a la violación de la libertad de expresión, adelanto de elecciones presidenciales y la falta de alimentos y medicamentos.
Controles cambiarios 
El 18 de febrero de 1983, la economía venezolana sufre un duro golpe cuando el bolívar es devaluado frente al dólar estadounidense, la medida implementada por el entonces presidente Luis Herrera Campins, estableció un régimen de control de cambios, después de casi veinte años con un sistema de tipo de cambio fijo y de libre convertibilidad del bolívar.

Nace el Régimen de Cambios Diferenciales (RECADI), con dos tipos de cambio o paridad fija preferencial (4,30 y 6,00 Bs/US $). Para 1984, se modificó la tasa de cambio de 4,30 y 6,00 a 7,50 Bs/US $ para la mayor parte de las importaciones de bienes y servicios, y se tomaron medidas de austeridad en el gasto público que acarrearon fuertes sacrificios en la población con el aumento del desempleo y el sub-empleo. Esto generó que la deuda se agigantara al no poder pagar un refinanciamiento a consecuencia de la reducción en los precios del petróleo, haciendo que el Estado devaluara la moneda para incrementar los ingresos en bolívares y cubrir el déficit fiscal.
Se abrió las puertas a una inflación a finales de 1988, el tipo de cambio se ubicó en 39,30 bolívares por dólar, ni los aumentos de salarios decretados en 1986 y 1987 pudieron incentivar la productividad, las reservas internacionales disminuyeron de 13.750 millones de dólares a 6.671 entre 1985 y 1988, aumentando la corrupción a niveles sin precedentes con el funcionamiento de RECADI, que otorgaba dólares a una tasa preferencial de 14,50 bolívares, mientras el dólar se cotizaba en el mercado paralelo a 39,30. Esto produjo un clima de inestabilidad política con dos estallidos insurreccionales (4 de febrero y 27 de noviembre de 1992), que ensombrecieron el panorama social y que desencadenaron los eventos que hoy día padecemos.
Nada cambio cuando Chávez se juramentó presidente a partir de 1998, prometiendo acabar con ese modelo corrupto y abriendo paso a la V República, en la que según él, el socialismo era la única vía para convertir a Venezuela en un país próspero.
En 2003, impuso estrictos controles para evitar la fuga de capitales, esto produjo una devaluación en la moneda alterando la economía, los controles de precios, las expropiaciones de bienes privados y otras políticas que causaron gran escasez de bienes, incluido suministros médicos.
CADIVI fue el primer elefante creado por Chávez, desde entonces vinieron otras doce denominaciones, leyes contra ilícitos cambiarios y varias tasas de cambio que no han ayudado a recuperar la economía.
Tabla 1. Sistema cambiario de Venezuela 2003-2017
Con una economía que fluctúa constantemente, las desmesuradas emisiones de dinero sin respaldo para financiar el déficit fiscal y la caída de las reservas internacionales se han juntado para pulverizar el poder de compra del bolívar. De hecho, en la economía venezolana hay una inmensa cantidad de productos cuyo precio se fija primero en dólares y luego se hace la conversión a bolívares a una tasa de cambio muy elevada. Y aunque el bolívar se utilice como medio de cambio o pago, en realidad es el dólar el que se ha usado como unidad de cuenta.
En veinte años, la revolución bolivariana ha incrementado el salario mínimo 45 veces, una cifra realmente alarmante si tomamos en cuenta que en los últimos cinco años desde que Maduro es presidente, éste ha decretado 23 aumentos salariales, a razón de uno cada cuatrimestre.
Tabla 2. Aumento de salario en Venezuela durante la revolución socialista
Nota: En 2008, entra en vigencia el bolívar fuerte, eliminando dos ceros al monto, implementado por el Presidente Hugo Chávez y en 2009, los aumentos comienzan a ser fragmentados. Para 2013, tras el fallecimiento de Chávez, Nicolás Maduro asume la Presidencia y los aumentos salariales son decretados por él.
*Ese mes se aumentó la cesta ticket
La moneda venezolana ha perdido su valor cada día, y la situación no augura buenos resultados cuando en julio entre en vigencia el nuevo cono monetario que elimina los dos ceros a la moneda, tal como sucedió en 2008, cuando Chávez ordenó la medida para dar paso al Bolívar Fuerte. Maduro en su intento de copiar a su predecesor y combatir la especulación y la galopante hiperinflación dictaminó que en julio se llamará Bolívar Soberano al nuevo cono monetario.
Que podemos esperar a partir de esa fecha. Es difícil pronosticar pero no existe cura para la enfermedad. Mejor dicho, si la hay, pero el Gobierno no la acepta, no desean dar su brazo a torcer y cambiar el sistema económico. Para ellos, tener control de la población a costa de mantener su cuota de poder es la consigna. Para los economistas de este país y del mundo, aún no hay basamento bibliográfico que explique como una nación como Venezuela, con las riquezas más grandes en petróleo y otros derivados, sea hoy una nación empobrecida, incluso por encima de países que han padecido guerras civiles.
Soy de los que considera que hay una salida hay final del camino. Pero mientras tengamos un Estado asfixiando a una población otorgando dádivas para mitigar sus necesidades, es poco lo que se puede aspirar para salir de la crisis… Ah claro, está el tema militar, pero eso amerita otra discusión.

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